Esa Dama

Con el alma en bancarrota sale la dama de su estancia poco le importa la existencia cuando huele el fracaso previamente. De larga falda, esconde su silueta. Dama sin rumbo, sin norte adueñándose del camino urbano. Entaconada con los zapatos del desencanto y pesadumbre camina cuesta abajo. Se encuentra con el Sol que la conduce hasta esta silla, esta mesa esta paz adornada del tumulto. Los artistas se reunen niños merodean familias alegres ahogando sus penas. Cansada de sus errores, sus perdones, tormentos. Pareciera ya tarde. Una sopa, un trago y su soledad ansiada la que dibuja sus lágrimas. Su oculta demencia tal vez acompaña sus letras detrás del mundo. En una servilleta rescatará los versos que se derraman de su tristeza.