Las manos de mi Madre

Mi hijo, desde muy pequeño cada vez que puede, me toma las manos y las mira, las acaricia. Me dice “Que, bellas son tus manos”. Yo me quedo pensando en un poema que se llame las manos de mi madre. Un día le dije que tendría que ayudarme a escribirlo, pero hoy decidí hacerlo sola acordándome de las manos de mi madre, que ya no están. Las Manos de mi Madre Cálidas mariposas mías Dulces cobijas de mi risa Calmantes de sollozos Son tus manos mi refugio Tu herramienta fatigada Manos de ordeño y siembra Tejedoras de ilusiones Me apaciguan en las largas noches de lamentos Y con ellas hago nidos de golondrinas Alimento del alma con caricias riegan No conozco manos más bellas. Son las manos de mi madre Caricias interminables Como interminables quedarán selladas en mi piel Quedaran escritas en mis ojos Secarán las lágrimas de toda una vida Manos que enseñan el universo entero Ríen y sueñan todo el tiempo Cálidas mariposas mías Sonoras cogujadas anidando en mis siembras Siembran para mí trigos y flores Arropando mil lunas Destapando mil soles Desgranando mil ilusiones Construyendo paraísos Castillos y amores Manos que aman Las manos de mi madre